19 julio 2012

Pésima atención en Pardo’s Chicken: marginación por pedido

Pésima atención en Pardo’s Chicken: marginación por pedido Es cierto que el consumidor es libre de elegir el lugar donde puede adquirir un bien o un servicio, pero cuando se trata de comidas o alimentos preparados intervienen otros factores, como gustos, antojos y ganas de llevarse ese bocado a la boca, cuando se decide ocupar una de las mesas de cualquier establecimiento y supuestamente por parte de este último, atención, buen servicio y calidad! es decir “el cliente tiene la razón”. Lamentablemente esta última frase, no es del todo cierta; justo hoy miércoles 18 de julio, lo comprobé en el Pardos Chicken, que en pleno mes patrio se olvidó de confraternizar y perder su identificación y buen trato con uno de sus comensales. Aquí en Piura, es el único establecimiento y a pesar que el lugar no es grato (es una apreciación personal) por la pésima acústica; lo que realmente califica a Pardos es su especialidad en pollos a la brasa (también es una apreciación personal). Al promediar las 8 y 15 de la noche, ocupé en compañía de mi madre y una tía (ambas adultas mayores) una de las mesas y como ya es de conocimiento de los que han consumido en este establecimiento, se acercó una de las anfitrionas a recitar lo que le han enseñado; de inmediato (esta fue la única inmediatez durante mi estadía) un joven de nombre Iván, para tomar nuestro pedido, luego de también recitar con supuesta amabilidad, disponibilidad de atención a nuestro consumo. Debo indicar que este pedido, tal como lo afirmo líneas arriba, respondió a un antojo, soy una madre gestante (07 meses de embarazo) y habitualmente soy muy inapetente, así que aprovecho mis antojos mirando con exclusividad a Pardos; qué lástima que esta exclusividad se perderá y con ella, la de mis familiares y amigos y amigos de mis amigos que se identifiquen conmigo. En mi mesa, sólo yo hice un pedido de un cuarto de pollo, puesto que mi madre y tía ya habían cenado. Será marginación por pedido? Seguro que no o tal vez sí, pues a los lados laterales de mi mesa, luego de 15 minutos hicieron su pedido, dos familias. Pasado 20 minutos, estas familias fueron atendidas con el total de su pedido, mientras que mi mesa, exactamente a las 9 y 12 minutos, es decir después de casi una hora, no tenía ni las bebidas. Obviamente y dado mi estado de gestación, sobre todo por el hambre y el de mi bebé en mi pancita, decidí abandonar el lugar, no sin antes, de exigir al administrador un mejor trato al cliente. Debo reconocer que se sintió defraudado de su personal y pidió disculpas, pero nada de eso tuvo valor, al ver la falta de compromiso y de honestidad del mozo Iván que negó haber tomado el pedido, culpando a otro de los jóvenes. Tal vez el monstruo de Pardos “el nacional”, se puede reír de esta “quejita” de una clienta de provincia, pero basta con que algunos clientes más se sientan identificados con este caso me reconforta. Si es un primer paso para que los demás se expresen y pongan en su lugar a los que no saben brindar servicio de calidad, es suficiente!!Todos los clientes, independientemente de sus pedidos merecen consideración y respeto. Lo manifiesto por los demás clientes, definitivamente yo no lo soy más. Úrsula Olguín Noriega DNI 40436016

1 comentario:

Alexis Párraga dijo...
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