Llegamos al 1 de octubre y este año promete ser especial para todos los comunicadores piuranos, quienes han organizado, bendito sea Dios, una reunión conjunta, olvidando gremios o pertenencia a una empresa periodística, o especialización han decidido celebrar su día en una única celebración.Para muchos otros, entre los cuales me anoto, será una fecha de nostalgia y tristeza renovadora para no bajar banderas ni flaquear en nuestros ideales.Ahora, la sociedad, el vecino que nos conoce y aquel que apunta de leernos, vernos, oírnos, o interactuar a través de los blogs nos identifica, nos pide digamos algo, hagamos algo.Indudablemente la nuestra es una profesión que necesita, se sustenta y basa en sus conciudadanos. Sin ellos, no habría ningún medio de comunicación.Nos debemos a ellos, por eso nuestro pensamiento, voz, imagen tiene valor.Todos, por ejemplo, coincidimos que las potencialidades de Piura, como provincia, han caído en manos del peor equipo de trabajo que se pudiera elegir.De otro lado, con algunas divergencias, existe una inmensa mayoría que sentimos que hemos crecido muy poco a causa de que quienes dirigen el gobierno regional, incluyendo su Consejo, son personas que no dan la medida.Piura como región debería estar mejor, mucho mejor y lo que existe es fruto de la iniciativa privada mientras las inversiones estatales son un cúmulos de expedientes mal hechos, contratos diseccionados para contratistas basados en su filiación política o compadrazgo.Esta fecha nos sirve para recordar y valorar la entrega que de su trabajo profesional hicieron nuestros amigos y colegas Carlos Carrasco Vásquez, ese buen “tigre” de la noticia quien recibió el privilegio divino de ofrecernos buenas notas y encaminar a quienes empezaban a dar sus primeros pasos en este difícil y noble oficio.Con él a Renán Moretti, “el gatito”, un hombre de excelentes modales, una gran cultura y conocimientos que nos otorgaba un gran placer su conversación.Un modelo a seguir por las nuevas generaciones y nos acercaba bien a la realidad mundial.José Luis Palacios Choquehuanca, inició la carrera pero se dejó ganar por la vocación de su padre, la docencia, sin embargo, nunca pudo matar el bicho y se asimiló a El Tiempo en su tarea de corrector.Finalmente un grande, Ricardo Castillo Ojeda, simplemente “El Gato”, amigo en todos los escenarios y un buen ejemplo de cómo debemos ser los periodistas.Serio, preciso, puntilloso, respetuoso, sencillo, modesto y buen amigo de todos, así era Ricardo. Como dirigente del Círculo de Periodistas Deportivos lo llevó a cimas muy altas, cimentando su buen prestigio de ser la institución periodística más compacta y seria.“Richi”, como todos ellos son pérdidas que aún no asimilamos, por su calidad y don de gente, como todo ser querido.Nuestros amigos, todos como padres, amigos, profesionales son referentes que ahora nos faltan.Hoy no nos debe ganar la alabanza fácil y llena de lisonjas. Dejemos de lado el saludo frío y protocolar de la autoridad que siempre espera que callemos, seccionemos la verdad o le demos la espalda a los grandes problemas de la ciudad y región.Nuestra grandeza y humanidad tiene su prueba de fuego todos los uno de octubre.
No nos defraudemos y mucho menos en quienes esperan más de nosotros: nuestros hijos y nietos.
Cortesia Lic. Rolando Santiago Peramas.
En Exclusiva para Piura News.
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